Transformar su pasión por la producción musical para el mundo audiovisual, para crear su propia empresa, así se podría definir la idea principal que dio vida a Audiolander, la primera y única tienda online de venta de licencias de sincronización de música y audio creada en Chile y pensada para producciones audiovisuales a nivel mundial.
Y claro, porque esta fue la iniciativa que Franco Solari, compositor, con estudios en la Escuela Moderna y con expertise en producciones musicales, quiso transformar en su propio emprendimiento, gracias a su experiencia trabajando por varios años como músico ejecutante, incluso en un crucero.
“Somos una solución legal, con cobertura internacional y música de alta calidad, con desarrollo de software local y que opera con socios de alta complementariedad: músicos, ingeniero, y abogados expertos en propiedad intelectual”, cuenta Franco Solari, fundador de Audiolander.
“Si bien este modelo de negocio ya estaba dando vuelta en el mundo hace unos años, a través de plataformas tales como Audio Network de Reino Unido, quise plasmar esa misma idea, pero en Chile. En un inicio, pensé que solo iba a integrar la plataforma con mis composiciones y música, pero, con el tiempo, nos fuimos dando cuenta que el negocio está en el volumen que ofreces a tus clientes, es decir, la variedad de obras y composiciones musicales en términos de emoción, género, duración, calidad y otros atributos que importan a la hora de elegir una música para una producción”, agrega Franco.
Es así como este modelo de negocios -único en su rubro en el país-, permite que los productores audiovisuales o agencias de publicidad de Chile o de cualquier parte del mundo, encuentren y compren licencias de sincronización de manera rápida, fácil y segura, para así, poder descargar la música más idónea para sus comerciales, videos, cortometrajes, entre otras producciones audiovisuales.
“Contamos con varias ventajas sobre las plataformas extranjeras y una de ellas es la cercanía. Cuando los productores compran música en otros países tienen poca o nula posibilidad de comunicarse con alguien si es que tienen alguna consulta o quieren pedir algo especial, por ejemplo, una licencia personalizada. Y, eso sí pasa con Audiolander”, explica Christian Alvear, ingeniero comercial y alumno de clases de piano que impartía Franco, quien se sumó al proyecto como Cofundador.
Alvear explica que “nuestro foco actual son las productoras audiovisuales y las productoras que trabajan para las agencias de publicidad que hacen cientos de comerciales al mes y donde la música legal es imprescindible”.
El cofundador explica que muchas veces los productores no saben lo que están comprando, por lo cual la plataforma de Audiolander, entrega una gama completa de información, rápida y precisa.
“Por ejemplo, están las que no te permiten usar la música en televisión o sólo son válidas por un tiempo limitado, después del cual hay que volver a pagar. Incluso otras son limitadas a un territorio puntual. Y, visionando esto, en Audiolander transparentamos todo con nuestro clientes y les simplificamos la vida ofreciendo tres tipos de las licencias de sincronización: básica, premium y profesional y todas, pueden ser usadas en cualquier parte del mundo, a perpetuidad”, agrega el profesional.
Todas las licencias que ofrece esta empresa son perpetuas. Pero hay que tener en cuenta que son perpetuas para esa producción u obra para la cual fue descargada. Si se planea hacer otro comercial y se quiere ocupar la misma música, hay que pagar otra licencia.
Otro de los valores agregado de Audiolander es que presenta la música, a diferencia de la competencia internacional, ordenada por emoción, estados de ánimo y tipos de escena (persecución, romance, suspenso, entre otras). Incluso posee una sección aparte de Cinematic.
“Nosotros facilitamos la posibilidad de encontrar la música ideal para una producción lo más rápido posible. Además, hay que tener en cuenta que no necesariamente saben -los productores- de géneros musicales, ni de instrumentación, pero sí saben de estados de ánimo, y esa es la razón por la cual ordenamos nuestros contenidos tal como ellos piensan o como ellos lo dicen. Entonces a partir de eso presentamos una lista larga de alternativas de obras”, enfatiza Franco.
La perspectiva de los compositores
Actualmente Audiolander ofrece a los compositores musicales, tanto de Chile como desde el extranjero, la posibilidad de subir y exhibir sus obras musicales de manera gratuita. Esto ha hecho posible contar con obras musicales de 22 países diferentes. Son cientos los Compositores que han visto en esta plataforma una manera efectiva y rápida de “monetizar” sus composiciones.
Marcelo Contreras, compositor y productor musical en MC Soundtracks Studios, es uno de los compositores que decidió subir una treintena de sus obras a Audiolander. “Decidí hacerlo por la importancia y oportunidad de musicalizar imagen con mis composiciones. La banda sonora y diseño de sonido son elementos fundamentales en la generación de emociones al espectador de imagen, generando un ambiente adecuado para el espectador”, comenta Marcelo.
A su vez, Andrés Sanhueza, productor musical por más de 20 años en Chile y México, y quien tiene una cantidad importante de obras cargadas en la plataforma explica que “en los últimos años ha habido un cambio en la industria y, plataformas como Audiolander, facilitan enormemente el trabajo al productor, ya que acá encuentra miles de obras musicales agrupadas por estilo, instrumentación, estado de ánimo, tiempo etc. Además, es importante, ir evolucionando junto a la industria”.
Para Pascal Hoaur, compositor musical, la razón que lo motivó a cargar sus composiciones en Audiolander fue porque “representó una oportunidad para seguir desarrollándome como músico y compositor. Pero, además, me ayudó a reconocer mi talento como músico, a saber, hasta dónde podría llegar, por eso decidí asumir el reto, básicamente para mejorar, desarrollarme y expandirme”.
Actualmente hay más de 400 compositores inscritos en la plataforma y en 2022, la startup ganó un capital Semilla de Corfo por su originalidad y aporte tecnológico a la industria musical.
