Boba Fett: el buen chiste repetido de Star Wars

Fue un extraño fenómeno. Estrenando su icónico look en el infame especial navideño de Star Wars (1978), Boba Fett debutó en el cine a través de un cameo funcional en “El Imperio Contraataca”, sin palabras y con mucho misterio, igual como se despidió en “El Regreso del Jedi”, tragado por el Sarlacc tras un incidente accidental durante el rescate de Leia de las garras de ese hutt llamado Jabba.

Hola, estoy buscando a un tal Max Rockatansky.

Pero su fama creció, su look se masificó en las convenciones de Star Wars, Lucas lo agregó digitalmente en las reediciones de la trilogía original y le dio un arco narrativo clave para el imperio en las precuelas. Y aunque por años se habló de una película que contara algo más de su misteriosa vida, fue la actual Era del Streaming la que le dió su espacio con “El libro de Boba Fett”, miniserie de siete episodios que aunque arrancó vítores y aplausos cuando fue anunciada en diciembre del 2020, el fervor ha ido decayendo poco a poco. 

¿Que pasó? El que haya sido un spin off de “The Mandalorian” dice bastante de aquello. Y es que el personaje interpretado por Pedro Pascal es hoy, para buena parte de las nuevas generaciones, un personaje más atractivo que Fett gracias al aplaudido debut de su serie, una saga que en código western muestra el mismo mundo espacial a escala humana y con sutilezas emocionales varias.

Ese es quizás el primer gran error de “El libro de Boba Fett”: repetir el código, las formas y el fondo de la serie madre, esta vez enfocado en el personaje interpretado por Temuera Morrison y su vida post Sarlacc como una suerte de señor feudal en la infame Tatooine, planeta/hogar de los Skywalker, reemplazando al finado Jabba.

También aparece una nave de las precuelas que se ve mejor que estas motos.

A eso se suma la pérdida del misterio. Es cierto, muchos querían ver el mundo del mítico Boba Fett, pero con Din Djarin ganándole el quien vive, queda la sensación que ese personaje se llevó el premio gordo al divulgar antes ese misticismo, dejando a Fett otros elementos a explorar dentro de ese mundo que, insistimos, ya conocemos bastante. 

Pero no todo es tan terrible. Conocer a los Tusken Raiders con mayor profundidad fue un golazo. Lo mismo ocurre con 8D8, un androide al servicio de Boba Fett y que con la voz de Matt Berry se suma a esa gran galería de robots georgelucanianos de magnética personalidad.

Y para qué hablar de Fennec Shand, la asesina interpretada por Ming-Na Wen que al igual que Fett en el pasado, apareció para ser adorada desde el día uno. No por nada en esa oscuridad llamada Internet no pocos postulan re titular el show como “El Libro de Fennec Shand”.

Otsea…

El problema es que no cuaja. Con Robert Rodriguez al mando de algunos episodios, la serie ha pecado de falta de profundidad, dejando todo en manos de secuencias de acción que no mueven mucho, o a cargo de personajes con sensibilidad cero. Esto, por falta de trasfondo personal o otros motivos.

Todo esto queda de manifiesto en el último episodio a cargo de Bryce Dallas Howard, que dirigió con mucho éxito algunos episodios de “The Mandalorian”. La también actriz trae de vuelta eso que nos encantó en “The Mandalorian” y lo mezcla con este mundo adyacente, devuelta de mano narrativa que, desgraciadamente, también se siente como el rescate de una serie que a falta de dos episodios, debería levantar.

Veremos si puede.

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