Como cada año, el 17 de mayo se celebra el Día Internacional del Reciclaje, un campo donde Chile aún presenta discretas cifras: según el último Informe del Estado del Medio Ambiente en 2020, cada persona en el país genera 1,19 kilos de residuos diarios, de los cuales apenas un 1% se recicla y el 99% restante se desecha. Sin embargo, los emprendimientos de recolección de basura en hogares podrían ser claves para mejorar estos indicadores, y ya están integrando tecnología para que su logística también sea verde.
Carolina Pardo es fundadora de Reticlaje, un emprendimiento nacido en 2019 que ofrece soluciones de reciclaje directo para hogares o pymes. Según relata, “tenemos la dicha de decir que gracias a la pandemia, el interés por reciclar aumentó. Creemos que se debe a que la gente estuvo mayor cantidad de tiempo en sus casas, y dimensionó más de cerca los residuos que generaba. El impacto lo hemos visto en las consultas, los agendamientos y el interés de la comunidad por querer reciclar”.
La recicladora atiende unas 500 visitas mensuales a clientes, y dice que “nuestro día se compone de agendar las rutas, planificar, salir a terreno en función de la comuna que tenemos asignada, contactar a nuestros clientes, hacer el retiro de su material y transportar los desechos al centro de acopio”. Esa rutina hace de la logística el proceso más importante en la empresa, tanto por el impacto ambiental que produce, como por la destinación de tiempo que implica para los colaboradores.
IA al servicio de los residuos
Uno de los pilares para el emprendimiento fue integrar soluciones alineadas con la logística verde, que se refiere a herramientas tecnológicas capaces de reducir la huella de carbono producto del traslado de vehículos. Reticlaje, al ser uno de los partners de la red de Reciclapp, se acogió a la alianza entre esta última empresa y la startup SimpliRoute, compañía que optimiza rutas de despacho a través de inteligencia artificial y machine learning.
Pero, ¿cuál es el impacto de integrar tecnología en la logística? Según explica Álvaro Echeverría, CEO y fundador de SimpliRoute, “la optimización de rutas, mediante algoritmos potentes, permite reducir hasta en un 34% los kilómetros recorridos por los vehículos y un 30% el combustible que se quema para desarrollar la tarea. Es decir, una empresa puede reducir un tercio de su huella de carbono en el proceso logístico”.
Pardo destaca que “la tecnología nos facilitó la gestión de las rutas, que hoy día, en una ciudad tan atochada como Santiago, nos beneficia disminuyendo el tiempo de traslado. Eso implicó directamente una menor cantidad de CO2 que se emite a la atmósfera, lo que es importante, porque nos convierte en un oficio aún más circular del que ya somos”.
Por otro lado, destaca también un beneficio a nivel humano, “porque para nosotros es importante el tiempo de ocio y el que destinamos a la familia, por lo que realizar nuestro trabajo en menor tiempo es igual de importante”.
Desafíos por delante
Pero en Reticlaje subrayan que hay mucho camino por delante. Uno de los pilares es profesionalizar el rubro, según explica Pardo, incentivando el uso de tecnología y otras herramientas para modernizar y optimizar el oficio.
Otro factor relevante, añade, es “combatir la brecha gigante que existe, y que se expresa en la informalidad tan alta que acompaña al reciclaje. Es un tremendo desafío a abordar por el Estado, y debiera representarlo el Ministerio del Medio Ambiente, del Trabajo, y las propias empresas productoras”.
En esa línea, la emprendedora agrega que “hay muchos vicios que aún arrastran al rubro, como lo que se cobra, el valor mismo que se le da al reciclador. Hay que hacer un esfuerzo colectivo que nos va a hacer crecer como industria y entregar mejores servicios, y eso incluye un mejor trabajo mancomunado con las mismas compañías que generan los productos que terminan en la basura, como también las municipalidades y vecinos, para concientizar acerca del hecho de que los residuos son responsabilidad de todos”.
