¿Luz al final de este costoso túnel? Inflación estaría comenzando a ceder

Hasta el ministro de Hacienda destacó las cifras del IPC de septiembre, mientras los expertos calibran si de verdad el costo de la vida comenzará a darnos una tregua.

Este último año no ha sido fácil. Y no, no estamos hablando solo de la pandemia, sino de lo doloroso que se volvió para el bolsillo vivir en Chile. Está bien, el fenómeno de la inflación es algo global, pero nuestro país hace mucho rato no estaba acostumbrado a tener una vida tan cara. Pero parece que comenzaremos a ver la luz.

Este viernes, el Instituto Nacional de Estadística (INE), informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre fue de 0,9%, cifra aún elevada, pero que no se escapó de las expectativas de los expertos del mercado. Pero otro dato fue el que llamó la atención: la inflación de los últimos 12 meses se ubicó en 13,7%, menor al 14,1% registrado el mes pasado. Se trata de un cambio en la tendencia ya que esta solo iba para arriba en los 18 meses anteriores.

Esta parte del informe del organismo estadístico significó una expresión de júbilo del ministro de Hacienda, Mario Marcel -muy al estilo de su cargo claro está-, respecto a lo que se viene para los próximos meses. “Creo que ya estamos empezando la inflexión en materia de inflación”, dijo el jefe de la billetera fiscal, añadiendo que “es una buena noticia, después de tanto tiempo en el cual la ciudadanía ha estado especialmente preocupada”.

¿Qué dicen los especialistas? 

Frente a esta esperanzadora cifra, los especialistas son cautos, pero no negativos. “Sería lo ideal”, dice Alejandro Urzúa, analista económico de OpenBBK y de la U. Andrés Bello, quien cree que “efectivamente la tasa máxima de inflación habría tocado su peak en septiembre y se espera que vaya bajando paulatinamente”.

“No se puede hablar de quiebres de tendencia con un solo dato”, dice por su parte Jean Paul Quinteros, economista, director de Ingeniería Comercial de la U. Central, aunque sí señala que “se esperaba que durante el último trimestre de este año comenzaran a sentirse los efectos de las alzas de tasas de interés en la economía y podríamos comenzar a ver una caída en los precios de forma sostenida”.

Urzúa añade esto es multifactorial y que, junto con los ajustes aplicados por en Banco Central, hay que considerar los aspectos internacionales, como que “el valor de los commodities (materias primas) y de los alimentos se ha mantenido estable y con un tipo cambio que ha recibido la barrera los $950”.

Nubarrones internacionales

En la primavera el sol comienza a iluminar más, pero esta estación es inestable y pueden aparecer nubarrones a veces. Algo parecido sucede con la economía en el contexto actual, ya que si este quiebre de tendencia en el proceso inflacionario significaría la luz al final del túnel, el mundo todavía la podría ensombrecer con sus nubes amenazantes, más allá de las medidas económicas que se sigan tomando a nivel local. Y aunque estén lejos, ya aprendimos que esos conflictos igual nos afectan.

Urzúa enfatiza que siguen habiendo tensiones geopolíticas, ya que la guerra en Ucrania sigue ahí, más lo que sucede en Asia con Corea del Norte. En esa línea, Quinteros subraya que “los altos precios también dependen de la inflación externa, por ejemplo a través del petróleo y la inestabilidad política internacional”.

Un bolsillo aún en problemas

Me imagino que usted ya sabe que esto no es automático. Se sabe que es más fácil que las cosas suban a que bajen. Los economistas señalan que será un proceso paulatino y que esta menor inflación costará que la percibamos en el día a día.

“No es que los precios dejen de subir, es que no van a subir tanto”, insiste el analista de OpenBBK. Destaca que este es un primer atisbo, pero que todavía estamos con datos de inflación anual de dos dígitos.

“No será repentino, pero a la larga la disminución de los precios termina repercutiendo en el consumo cotidiano en los bienes y servicios que consumimos regularmente”, acota el académico de la U. Central.

¿Y la tasa de interés?

Para tratar de atajar este tsunami en el costo de la vida, el Banco Central tuvo que aplicar un correctivo doloroso: subir bruscamente la tasa de interés. Hoy está en un 10,75% y podría seguir incrementándose, haciendo aún más caro endeudarse. Pero esa es la idea, porque el objetivo es que la gente gaste menos y, por ende, baje la demanda y haga que el precio de bienes y servicios disminuya.

“Es como un antibiótico que demora en hacer efecto”, explica Urzúa, quien de todas formas dice tener plena confianza en el rol que juega este organismo para contener la inflación y los efectos que esta trae, particularmente a un sector de la población. “El rol del Banco Central es cuidar a las personas más vulnerables, quienes destinan más de sus ingresos a consumo de bienes básicos”, recuerda.

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