*Nota del redactor: por motivos que cualquier escritor entenderá, y al igual que LOTR, RATM y OITNB, decidí transformar “The Falcon And The Winter Soldier”, título de la nueva serie de Disney+, en la sigla TFATWS.
Mientras los fanáticos DC siguen debatiendo sobre cómo entender y calzar el Snyder Cut de la Liga de la Justicia en su universo cinematográfico, el MCU ha aprovechado el hiato pandémico para redirigir sus esfuerzos a su plataforma de streaming.
WandaVision fue el ariete. Y pese a que su conceptual inicio generó dudas en viejos fanáticos, espectadores nuevos y productores por igual, la serie logró abrir los enormes ojos de la audiencia para disfrutar de Las Aventuras Familiares de Wanda y Visión, dos personajes que pese al poco tiempo de exposición en la Saga Infinity, tuvieron la oportunidad de desarrollar una mágica historia de amor televisiva en un lapso de 5 horas y 50 minutos.
O sea, dos películas convenientemente disectadas en 9 episodios de entre 30 y 40 minutos cada uno, y que fueron vistos por millones de televidentes en todo el mundo.
Esto pone una enorme presión sobre los cibernéticamente enchulados hombros de Sam Wilson y Bucky Barnes, bros de Steve Rogers que tras pasar años siendo los patiños del Cap, hoy deben protagonizar una serie solitos.
¿Qué pueden ofrecer estos dos en el MCU? Pues una historia llena de balas, caos, guiños, desorden y chistes pendejos, todo tejido en una trama que bien podríamos llamar “El Universo Cap”: la geopolítica y el Gran Escenario Global del MCU.
Esa es la gran herencia argumental que dejó la entrega del escudo al final de Avengers: Endgame. Ese universo, el del mundillo Hydra/S.H.I.E.L.D. post Thanos, lo que le ocurrió al planeta tierra y el próximo Cap.
Y aunque alguien pueda arriscar la nariz ante este precepto, no debemos olvidar que ese tipo de intrigas internacionales fueron las que solidificaron la espalda argumental de “Captain America: The Winter Soldier”, película que para muchos sigue siendo la mejor del MCU.
Por eso es bueno darle tiempo a TFATWS. Aunque el ritmo está muy forzado por el formato, y existe un desequilibrio narrativo sobre los aspectos personales y emocionales entre los dos protagonistas, la serie ha mantenido dos cosas que vimos en el cine: la humorística y tirante relación entre Sam y Bucky; y el cosmopolita espíritu de la acción, recorriendo ficticias ciudades europeas y asiáticas que, aunque inexistentes, entregan un alivio cultural necesario en una saga que se alimenta de esa ya tediosa cantinela liberadora gringa.
Sobre esto, una mención aparte para Wyatt Russell como John Walker/US Agent. Encargado de ser el reemplazo oficial de Steve Rogers/ Chris Evans en el MCU, este actor encarnó perfecto, con su sonrisa de porquería, espíritu luchador y actitud positiva, la sensación que debemos sentir al ver a un desconocido sostener el escudo de Cap.
Por lo pronto, TFATWS sigue dependiendo de su Avengers primario, aunque sea en una dimensión narrativa. La ausencia de Rogers, y quien debe ser su continuador, es un factor clave en esta historia.
Y si. La tontería del Suero Super Soldier parece chiste repetido, pero el no haber cerrado ese capítulo en su momento puede abrir una veta interesante, sobre todo con la aparición de Isaiah Bradley, que en el mundo del cómic es conocido como el Capitán América negro.
Lo que venga, ya lo veremos. Por acá, pretendemos disfrutar un poco antes de ponernos a elucubrar escenarios futuros pues, como se enteraron los fanáticos de Mefisto en WandaVision, cualquier apuesta es riesgosa.
