Dentro de la pléyade de héroes que plagaron la pantalla en “The Suicide Squad” de 2021, uno de los protagonistas más ridículos fue Peacemaker. Interpretado por el ex WWE John Cena, su premisa era bastante básica: buscar la paz aunque tenga que matar a hombres, mujeres y niños para ello.
Eso mismo pensó James Gunn, director y escritor tanto de la cinta mencionada como de “Peacemaker”, serie de HBO Max que actúa como secuela del filme pero enfocándose en el mundo personal del mencionado antihéroe una vez que sale del hospital en el que estuvo internado tras sobrevivir la caída de un edificio encima.
¿Y cuál es esa vida? En corto, un testamento a la América profunda gracias a un trailer/habitación de colores azul, blanco y rojo, duendes de jardín con subametralladoras y una infancia trágicamente violenta. En corto, el cliché completo de la mal llamada basura blanca estadounidense, tan gringa como el pastel de manzana y el béisbol.
Pero en esa miseria es donde Peacemaker florece gracias al ritmo de las guitarras eléctricas y desvergonzada actitud rocanrolera. Por eso lo queremos pese a su personalidad desagradable y ridículamente ofensiva y violenta, subproducto de un ambiente familiar lleno de supremacía blanca, desprecio y odio.
En ese sentido, el trabajo ya clásico de Gunn a la hora contraponer puntos de vistas y estilos adquiere una profundidad mayor en “Peacemaker”, serie de 8 episodios -lleva 5 estrenados- que le ofrece más minutos para desarrollar un arco narrativo donde el héroe tiene espacio para evolucionar. Acá es clave el rol de su equipo de trabajo, agentes secretos y locos varios, quienes le van demostrando que su básica premisa de paz pese a todo no tiene ni pies ni cabeza, menos a la hora de hacer trabajo en las sombras.
Porque “Peacemaker” es, después de todo, una serie de acción sobre un grupo de agentes encubiertos que deben desenmascarar una profunda conspiración que abarca los niveles más altos del Gobierno. Esto no es una exageración pues de eso se trata, literalmente. Es ridículo y, sin embargo, funciona. Funciona porque mientras el superhéroe recibe burlas por creer en conspiraciones de Facebook, él y sus colegas tratan de desenmascarar exactamente eso.
Es ridícula, pero funciona porque permite encariñarse con un tipo completamente racista y ofensivo, pero que en manos de un sorprendente Jonh Cena y una historia familiar que asoma terrible, permite verlo como alguien que está evolucionando, a golpe y porrazo y haciendo el payaso a la vez.
Es ridícula y funciona porque, como ha caracterizado a James Gunn, no es pecado reírse de sí mismo y de todos mientras salvas/entretienes al mundo. Funciona en HBO Max porque es donde el guionista puede explotar el lenguaje y las escenas de violencia gráfica sin control mezcladas con historias de seudo reptilianos, dramas familiares y crecimiento personal.
Claro, la mezcla es un poco fuerte y no es para todos pero si disfrutas de superhéroes violentos, rock and roll, el progresismo y la inclusión, “Peacemaker” puede ser perfecta.
