Se venden memes: los NFT y en qué afecta eso al mercado

Zoë Roth, la popular Niña Desastre, vendió la copia original de su meme como un token NFT por medio millón de dólares, sumándose a una tendencia que según los expertos promete alterar varias cosas, desde el mercado del arte hasta el medio ambiente.

¿Cuánto cuesta un tuit? ¿Puede comprarse un gif? ¿Cómo confirmo la propiedad de algo tan viral como un meme? Todas estas preguntas han dado vuelta en la cabeza de los internautas en los últimos días a partir de una serie de transacciones virtuales -pero muy reales- donde obras digitales son adquiridas por miles y millones de dólares.

Por ejemplo un botón.

Si bien no fue el pionero, Jack Dorsey, el fundador de Twitter, vendió su primer tweet -y el primero de todos los tweets del universo- por poco más de 2.9 millones de dólares.

Si. Alguien pagó esa plata por un tuiteo que nosotros adjuntamos acá abajo

Lo mismo hizo Zoë Roth, la chica detrás de Disaster Girl, meme que nace de la foto que su padre le tomó el año 2005 mientras sonreía a la cámara delante de una casa en llamas. ¿En cuanto? Cerca de medio millón de dólares, similar al monto con el que Overly Attached Girlfriend vendió su meme, en ambos casos, a través de un elemento llamado NFT.

Oficialmente, este meme es de alguien aunque podemos seguir reproduciéndolo. Y riendo. ¡For-e-Ver!

La moda

“El auge de esta nueva industria, asociada al uso de la tecnología, tiene mucho que ver con el segmento pues se está dando de manera bastante rápida en el mundo del arte. La particularidad del arte, en sí, y de las obras en general de distintos artistas, es la originalidad de la misma”, explica Juanjosé Merino, COO de Orionx, plataforma de compra y venta de criptomonedas.

¿Cómo se confirma la originalidad de la obra? Mediante blockchain de la red Ethereum, una serie de códigos y cálculos que están procesando en un computador ubicado en algún lugar del mundo, y que atestiguan, como escrito en piedra, que ese pedazo de archivo original es de determinada persona, transformándolo en un NFT, o Non Fungible Token, que literalmente significa símbolo no reemplazable.

Versión conceptual del ethereum. El ominoso color rojo y negro es casual.

Entonces, de la misma forma que el blockchain entrega un respaldo a las bitcoin, en el NFT confirma que la persona es dueña de la copia original -en ningún caso la única- de lo que sea que se venda, y que hoy va desde clips de jugadores de la NBA hasta gifs de gatitos y los mencionados memes, y que este 2021, con la bitcoin en su momento peak, ha explotado como fenómeno.

Pero…

Como explica tan bien Johnny Harris en su canal de YouTube, todo este alboroto digital tiene un par de temas a considerar.

El primero, y quizás más conceptual, es cómo una serie de operaciones aritméticas que se llevan a cabo a alta velocidad en computadores destinados exclusivamente a eso representan el valor que poseen obras digitales. Y si bien el tener o no tener físicamente eso que compraste por miles de millones de dólares suena extraño para los seres mortales, es un concepto que se asemeja bastante al mercado del arte, donde “un grupo de personas determina que equis obra vale tantos miles de dólares”, como explica Harris.

“Hay personas que están dispuestas a pagar mucho dinero por tener una certificación de que su obra digital es original y muchas veces la primera que se creó. Por diversas razones, ya sea admiración al artista, sentido de poseer algo “original”, esperan que la obra se transforme en un ícono y por ende suba su valor en el futuro o simplemente para compartirlo en sus redes sociales”, agrega Tomás Troncoso, líder de inversiones de Clever.

¿Lo más extraño? La gente lo puede reproducir igual, aunque no sea el mismo archivo. Explica Juanjosé Merino, COO de Orionx.

“Tiene la lógica convencional de las obras de arte, donde alrededor de la pieza original existe todo un mercado de réplicas que no deja de funcionar pese a que se tenga claro la autoría. Lo interesante aquí es que ese archivo digital, el único con el que se realizó el NFT, lo tengo yo”, agrega.

Pero lo más importante es

El medio ambiente. Como todo el sistema de NFT -y el blockchain en general- utiliza cientos de miles de procesadores calculando sin parar, y consumiendo energía, existe una preocupación seria con respecto a si vale la pena mantener esto, considerando la crisis ambiental que vive el planeta.

Ahí mismo está mi gif.

No por nada Tesla, a través de su cabecilla Elon Musk, decidió no recibir más Bitcoins como sistema de pago, precisamente porque le complica “el rápido aumento del uso de combustibles fósiles para el minado y las transacciones de Bitcoin, especialmente el carbón, que es la más emisora de todas”, indicaron en un comunicado.

Y aunque parece ser un golpe duro para la fe que sostiene los NFT y el blockchain en general, es poco probable que le afecte en demasía. Además de haber alternativas no fósiles para respaldar otras criptomonedas, la cada días más virtual vida que llevamos adelante tiene mucho espacio para que brillen obras de artes digitales compradas con monedas virtuales.

Bienvenido al 2021, señoras y señores.

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