Es cierto: todos estamos un poco hartos del MCU. Con una invasividad pocas veces vista en la historia de la cultura popular, el constante estreno de series, cortos, películas y fases tiene a la audiencia un poco saturada.
No ayudó la maraña de rostros que mostró “Spider-Man: No Way Home” ni menos el menjunje de universos reflejados en “Dr. Strage and the Multiverse of Madness”, dos verdaderas avalanchas de publicidad que dominaron la conversación buena parte del 2022.
En ese dañino contexto se estrenó la semana pasada “She-Hulk: attorney at law”: serie que además además de poseer un título derivado de un personaje ya existente, parece que pagará los platos rotos de una audiencia algo saturada, lo que sería muy injusto.
Y es que esta liviana comedia parece ser el vehículo perfecto para bajar la fiebre de heroicas hazañas sobrehumanas, llevando el conflicto a la tierra gracias a la veta legal del show -su verdadero corazón- y a un personaje que entre tallas mordaces, cultura popular e interacciones con la audiencia, elude tamañas tareas dignas de Dioses nórdicos y supersoldados
Por eso la gran ganadora es Tatiana Mosley en el rol principal. Pese a que su protagonismo depende de varios efectos digitales, la actriz carga la tarea con lucidez y desplante, destacando de manera exclusiva en un mundo lleno de rostros desconocidos y elementos muy lejanos al MCU reciente, exceptuando a su primo Bruce.
Además, y a diferencia de Hulk, la prima de Banner amalgama mejor la fuerza sobrehumana del monstruo verde junto a la consciencia de su alter ego, combinación que al monstruo original le tomó varios años lograr. Acá, esa dinámica da el puntapié inicial con la típica historia del pez fuera del agua, pero con una heroína fuerte, cínica y profesional que debe lidiar con su trabajo, su familia y con ser una mujer atractiva.
Y aunque aún no sabemos cuál será el conflicto central – ¿que ocurre con Titania?- también se aplaude que el MCU haya recuperado al enorme Tim Roth como un Emil Blonsky en modo zen, controlando a su Abomination y en manos de Jennifer Walters como su defensora, giro argumental que le da una dimensión interesante tanto a Blonsky como a Jennifer Walters y al mismo Hulk.
Con nueve cortos episodios y un interesante inicio, es poco probable que “She-Hulk” acalle a los críticos que están chatos de MCU. Pero si el fanático tiene un poco de amor por el contenido, y logra convencer a un segundo individuo que se trata de una perfecta y liviana comedia legal, en Marvel deberían darse por pagado.