Es difícil pensar que hubiera pasado con “The Mitchells vs. The Machines” – disponible en Netflix– de haberse estrenado en septiembre del 2020 y a manos de Sony en los cines tradicionales, con el conceptual y algo aburrido título “Connected”.
Pero ocurrió la pandemia y Sony, con pocos cines donde estrenar la nueva obra producida por Phill Lord y Chris Miller, vendió los derechos a Netflix que en completo acuerdo con el director y guionista Mike Rianda (“Gravity Falls”), la estrenó en la plataforma con su título original hace menos de dos semanas, permitiendo a millones de usuarios apreciar esta nueva joya del cine familiar.
Usando el mismo sistema de animación de la asombrosa “Into the spiderverse”, esta comedia fantástica de acción aprovecha al máximo su metraje para llenar de colores, texturas y formas la historia de la familia Mitchell, que en medio de un viaje por EE.UU. debe enfrentar un apocalipsis robótico mientras lidian con problemas tradicionales de una familia moderna.
Y aunque la evidente alegoría sobre la dependencia del ser humano a la tecnología no es sutil, el cuchareado sermón se relaja cuando el sentido del humor, la animación, los pequeños y grandes chistes visuales e incluso las referencias culturales – convenientemente teledirigidas a los padres y madres del público objetivo del filme- ayudan a disfrutar con completa honestidad una película llena de mensajes sobre el valor de la familia, la confianza y el ser uno mismo.
Esto último no es menor. En una industria cinematográfica algo homogénea, los estudios deben abrazar creadores que rompan el molde. Lo hizo exitosamente el MCU y la DC con Taika Waititi y James Gunn, respectivamente. En ese sentido la historia se apega a esa idea: el valor de la diferencia aunque sea incomprendida en su momento, incluso por tus papás.
O Disney, que despidió a Lord/Miller por “diferencias creativas”, pese a ser la mente detrás de las mejores partes de “Solo: a Star Wars story”
Fuera de eso, el estilo de trabajo que esta collera cinematográfica ha desarrollado para hacer reír a grandes y chicos, y que alcanzó su peak en “The Lego Movie” y la sensacional “Into the spiderverse” , puede ser lo mejor desde que “Shrek” reescribiera ese molde narrativo.
Lo cierto es que no existen muchos ejemplos donde la tasa de carcajadas entre adultos y niños sea tan pareja como en “The Mitchells vs. The Machines”, pese a no tener la profundidad conceptual de “Wall-e” o “Soul”, ni las pegajosas melodías de “Moana”.
Lo que sí tiene este filme es cariño de sobra por sus personajes, respeto a la audiencia, quizás la mejor animación del momento y un guion que pese a lo largo del metraje -dado el género infantil- avanza rápido, pasando de las emociones a la acción y viceversa, en un entretenido viaje familiar que refresca entre tanto superhéroe convertido en villano y comedias romántica-sexual.
En corto, algo nuevo y bueno, como siempre ha sido la obra de Phill Lord y Chris Miller.
