Entre los círculos más gourmet “Monsieur Picolé” ya es conocido por sus arriesgados y frescos sabores de helados, como el de palta, frutilla menta y piña albahaca, los que están hechos con recetas artesanales brasileñas perfectas para encantar a grandes y chicos.
Los adultos tenemos muchas veces paradigmas mentales tan marcados que nos cuesta en demasía aceptar que otras culturas, cercanas o lejanas puedan abordar la realidad desde una diferente perspectiva. Esto es lo que aprovechó “Mosieur Picolé”, emprendimiento chileno-brasileño, cuando decidieron comenzar a vender su, por decir lo menos, disruptivo helado de palta, el que se ha convertido en su emblema y que los ha llevado a conocer la más variadas ferias gourmet en nuestro desde hace 2 años.
Laura (diseñadora, 27 años), tomó la idea de un antiguo negocio familiar desarrollado en Brasil por la familia de su marido, el que comercializaba helados de paleta aprovechando la gran variedad de frutas existentes en el país carioca y las ganas de probar algo nuevo. “Allá (Brasil) es muy común este tipo de heladerías, solo de helados de paleta hechos con recetas artesanales a base de productos naturales como mango, guayaba, maracuyá. Yo fui un día y en un pequeño pueblo me encontré con estos helados, me parecieron maravillosos y pesé que podría existir algo similar acá en Chile”, contó Laura. Con esta idea en mente, se sumaron, por supuesto, su esposo Thiago y el hermano de Laura, los que ya llevan dos años comercializando todo tipo de exóticos helados en su local ubicado en el Barrio Italia.
“Teníamos un poco de conocimiento al respecto, puesto que ya teníamos las recetas, pero el 90% fue comenzar desde no saber nada acerca de cómo hacer una empresa a poder hacerlo”, explicó.
Diferentes puntos de vista
Las diferentes visiones de un mismo negocio son esenciales para su desarrollo. En “Monsieu Picolé” los tres socios aportan habilidades que han hecho que este emprendimiento pueda seguir adelante puesto que se trata de una diseñadora, un economista y un ingeniero civil mecánico, los que cubren las principales necesidades del negocio: gestión de proyectos, finanzas y desarrollo de la marca.
Una de las cosas importantes es que los helados son fabricados por ellos mismos, lo que les otorga la ventaja de poder personalizar y de experimentar con nuevos sabores a medida que los clientes lo requieran. “Nosotros hacemos los helados en el mismo local, tenemos un vidrio que permite que los clientes nos puedan ver trabajar”, contó Laura.
La experiencia vale
En febrero próximo cumplirán dos años, con altos y bajos. Una de las cosas más complicadas, desde su punto de vista, fueron los permisos que se tienen que solicitar a la Secretaría Regional Ministerial de Salud por tratarse de un negocio relacionado con alimentos, para lo que recomienda a quienes quieran iniciar un negocio de estas características prestar especial atención a los requerimientos para cada uno de los permisos requeridos para la manipulación de los alimentos, lo que involucra también la distribución de los espacios y el etiquetado de los mismos. “Nosotros lo logramos, pero la burocracia es un tema de alta importancia para cualquier emprendimiento”, señaló la diseñadora.
Otro de los temas a tener en consideración en este negocio es que se trata de un producto altamente estacionario, lo que quiere decir que si bien su venta en la época de primavera/verano es muy buena, en invierno sufre una caída notable, por lo que hay que considerar este cambio dentro de las finanzas del negocio.
¿Consejos para futuros emprendedores? “Siempre tener mucho ojo con los trámites y siempre tener un contador”, sentenció Laura.
Recientemente participaron en la feria gastronómica Paula Gourmet, y están en pleno proceso de potenciar su marca para que, en un futuro cercano, puedan continuar importando todo el sabor carioca directamente a la boca de los chilenos.
* Pueden encontrar a Monsieu Picolé en Av. Italia 1634, local 10.
